Entre el cielo y la tierra: entre bastidores de l'Aéropostale
Exposición permanente: Descubra la historia de l'Aéropostale
Público en general
1h15
9€
¡Descubre la gran historia de amor entre Toulouse y los aviones en el mismo lugar en el que todo empezó! Conoce a los hombres y mujeres que lo arriesgaron todo para aceptar el reto de unir a las personas y transportar el correo.
Al encuentro de los pioneros de la aeronáutica
Pilotos, mecánicos, jefes de operaciones, enteladoras… Estos pioneros siguen recorriendo el lugar para compartir su experiencia con los visitantes. Te cuentan sus aventuras diarias y las grandes y pequeñas anécdotas que forjaron la epopeya de la aeropostal.
En este antiguo almacén, se habla de todos nosotros, es un lugar en el que están representadas todas las generaciones que han trabajado en Montaudran. ¡Y hay de todo! Mecánicos, enteladoras, pilotos, ingenieros, ajustadores, y mucho más. Así que sí, aquí empezó todo, pero también duró. Es un placer rendir este homenaje a todos los colegas de LAL (Lignes Aériennes Latécoère), la Aéropostale y Air France.
Louis – Piloto
En el centro de la exposición, descubre la historia de «la Línea» en pocas fechas. Incluso podrás conocer a un empleado de la Aéropostale, que te contará todo acerca de esta increíble aventura repleta de obstáculos que nos sigue inspirando hoy en día.
En el centro de la exposición, el mismísimo piloto Antoine de Saint Exupéry es quien te cuenta el desafío del desierto, seguido de Mermoz, que se enfrentó al océano, y por último Guillaumet, el incansable cruzador de los Andes.
Pero, ¿qué sería de los pilotos sin los demás oficios de la aviación? En este «almacén general», escucha a los mecánicos y enteladoras contarte todo sobre su oficio, basado en piezas reales de la historia.
Puedes continuar tu descubrimiento en nuestro hangar, en el que ocupan un lugar destacado el Salmson 2A2 y la exposición temporal.
01 — 05
Un poco de historia
El 25 de diciembre de 1918, Pierre Georges Latécoère despegó del aeródromo de Toulouse-Montaudran en un Salmson 2A2 y aterrizó en Barcelona 2 horas y 20 minutos más tarde. Creó la primera compañía aérea postal de Francia. Así es como nació la gran aventura de Lignes Aériennes Latécoère, que se convirtió en la Aéropostale tras la compra de la compañía por Marcel Bouilloux-Lafont en 1927.
A pesar de su reputación y de la dedicación de sus pioneros, la Aéropostale, que perdía dinero, fue adquirida en 1933 por la joven compañía Air France, que mantuvo La Ligne en vuelo hasta el estallido de la Segunda Guerra Mundial. Posteriormente Montaudran acogió un centro de mantenimiento de Air France, que permaneció en el lugar durante 70 años, hasta 2003.
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